Acorde a las previsiones de las principales consultoras económicas y los bancos más prestigiosos de aquí y del mundo, en 2025 la inflación no superaría el 25/30% anual y el valor del dólar lograría mantenerse en un rango de crecimiento acotado.
Si 2024 fue el año del shock, éste que recién comienza tiene la intención manifiesta de transformarse en su antítesis.
Estaría signado por la estabilidad y la previsibilidad..